viernes, 4 de marzo de 2011

Te extraño.

Todo lo que viene se va…
¿Todo?, No, todo no, hay cosas que perduran, que pasan los días, las semanas, los meses incluso los años y aun siguen ahí.
Tenemos que aprender a vivir con lo que nos acompaña, lo bueno y lo malo. A sobrevivir sin poder hacer ciertas cosas, o sin decirlas, porque solo un gesto, solo uno, una palabra, pueden cambiar todo...
Y no, no es justo que los demás compartan lo que sientes, lo que de verdad piensas cuando ves que no puedes, que ya no llegas, que nada volverá a ser como antes, que "eso" ya no se irá, que se a quedado contigo, te quiere a ti.
Así que lucha, sigue peleando en silencio, pero no te rindas, porque aunque no se vaya, tu puedes, poco a poco, ¡Pero claro que puedes!, y no hagas caso de lo que te digan, ¡No! No sirve de nada amigo, ellos no saben lo que es…
Como el toro he nacido para el luto y el dolor.
Donde quiera que estés, se que me vigilas, y que estarás leyendo esto. Tengo que explicarte, y explicarles lo que se siente cuando tu persona te deja, toda esa sensación que te va consumiendo poco a poco…cómo sientes que donde debería estar el corazón no hay nada, solo un dolor, un dolor intenso y puntiagudo como el de un cuchillo afilado atravesándote. Pero uno no se puede rendir, tirar la toalla y huir.
Me acuerdo de aquella tarde fresca, el olor suave y delicado a lavanda que se podía apreciar desde todos los rincones del parque, tu pelo color marrón caoba, una sonrisa amable e incitante, y tus ojos, los ojos más bonitos que hasta entonces había visto, de un azul intenso, tan intenso que me elevaban hasta el cielo. Desde aquel momento, supe que eras para mí, que esa mirada que cruzamos solo era el principio de una historia. Nuestra historia
Historia, que aunque no estés, no termina, porque yo te siento aquí conmigo, se que me cuidas y me guías. Tu siempre me decías que fuera fuerte, que pasara lo que pasase tenia que seguir, que el sufrimiento solo me hacia crecer y aprender. Y aquí estoy, con el bolígrafo y el papel, escribiendo estas reflexiones que no se dónde acabarán, ¿En la papelera? Tal vez... Solo quería desahogarme, encontrar respuestas porque, no, no lo entiendo, ¿Por qué tuviste que ser tu?, ¿Por qué fuiste tu el que no llegó a casa ese día?.. ¡No! La vida es injusta, muchas veces me gustaría cerrar los ojos y desaparecer, irme contigo, volar, verlo todo desde arriba, y no estar aquí, sola...vacía y sin aliento.
Siento que cada día que pasa tu recuerdo se aferra más a mí, no quiero olvidarte, ¡Ni puedo! Formas parte de algo que no desaparecerá mientras viva.
¿Sabes? Cuando pienso en ti, recuerdo aquel día en que me dijiste:
-Somos algo, somos algo especial, nos queremos, y eso es lo más grande que puede existir, el amor. Porque estoy enamorado de ti.
Si, ese amor por las cosas, por ti, la vida, es lo que me levanta el ánimo y me da fuerza.
Y tú, ¿De que te acuerdas? ¿De todas esas peleas?.
Para mi, la más importante fue la de hace una año, nunca nos había pasado nada parecido, nosotros éramos como una persona, y de golpe, aquel día se nos vino todo abajo. Por lo menos a mi, estaba navegando en un mar sin puertos, donde no había fin, solo veía mar y más mar. No supe aprovechar lo que tenía, ¿Cómo se me ocurrió decirte eso? ¿Cómo me dejaste? Tengo grabadas cada una de mis palabras, las lágrimas que me brotaban a medida que las decía…:
-Lo siento mucho, pero es evidente que ya no sentimos lo mismo.
Y después de esto me doy cuenta.
Dices que no es decepcionar, pero no estoy enfadada, solo me acuerdo de lo que me dijiste, y duele, duele mucho. No te quiero ver ni hablar, porque no puedo.
No quiero tener que hacerme la dura, y no llorar o hacer que no me importas.
Si no es decepción dime tu lo que es, porque entonces no lo se.
Tu cara me lo dijo todo, tu mueca de disgusto, toda la pena que reflejaba:
-¿De verdad crees que no me importas?, ¿De verdad lo crees?!
¿Qué no daría todo por ti?
Vale que hay frases malas que no se olvidan, pero ¿Y las buenas? Un día me dijiste: No quiero que te vallas. Y te echaste a llorar encima de mi.
Y lo volvería hacer pasara lo que pasase, lo sabes, aunque ahora ya no pueda, ya no estás. Ese momento fue decisivo, desde ahí supimos que nunca más ocurriría nada parecido.
No hay nada mejor que la memoria del ser humano, tan selectiva y sabia. No archiva los recuerdos al tuntún, como muchos piensan, trabaja muy rápido, segundo a segundo, y con el tiempo, lo notamos. Yo le estoy agradecida a la mía, por mantenerte en mi interior, vivo, como si nada hubiera pasado. No soportaría no recordarte.
Si bien no tuve suficiente con la trágica perdida de mi hermana hace unos meses, he tenido que volver al sufrimiento. Tenía solo 20 años, era la persona más alegre y optimista del mundo, mi confidente, hermana y amiga a la vez. Su marcha, al igual que la tuya, fue lo peor que me ha pasado. Sin ti, sin ella, solo me queda callar. Me encanta salir en estos días de invierno al patio, y bajo la lluvia llorar, que por mis mejillas se deslice la mezcla de agua, y saber que nadie me ve. Por las noches, desde que te fuiste duermo abrazada a la almohada, no puedo hacerme a la idea de que estoy sola en la cama, donde compartimos tantos momentos. Intento apoyar la cabeza y buscar tu acompasado ritmo del corazón, el que tantas veces me ha tranquilizado y calmado. Unas manos que acaricien mi pelo mientras me dices que todo va a salir bien, que es un mal sueño. Pero cada mañana al amanecer, se que lo único que puedo hacer es esperar para volver a encontrarme contigo.
Tengo a Otto a mis pies, mirándome con su típica cara de tristeza, esa que tanto conoces. Se ha dado cuenta de que falta algo, que no vuelves. Siempre llora antes de dormir, como cuando tenía miedo. Teme el no verte más, que hayas desaparecido, y yo no se como explicarle que estás aquí aunque no te vea. Me recuerda tanto a ti, a aquella navidad, cuando aun éramos felices y aun tenía una familia. Ahora solo le tengo a él.
Sigo aquí, recordando todo lo que me diste, tu recuerdo me envenena de un dolor que me desgarra el interior, y me va consumiendo, pero por ti, que cada instante te tengo presente debo seguir adelante.
Te extraño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario