jueves, 26 de mayo de 2011

Y es que maquillar no es siempre realzar, si no falsear.


¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Es una pregunta sin respuesta, nadie puede resolverla, aunque a muchos les gustaría otros ni se molestarían en terminar de leerla, o tal vez te camelarían con sus mentiras, llenas de maquillaje, y es que maquillar no siempre es realzar, si no falsear.
Dicen que escriba un relato, pero creo que debo aprovechar esta oportunidad para hacerme escuchar, que vuelen mis palabras por el aire, y los demás puedan conocerlas. Si, trataré temas como la naturaleza, la amistad, y sobretodo las injusticias sociales, los tópicos de los que más se habla en esta sociedad. Una sociedad imperfecta, llena de personas individualistas que se llenan los bolsillos a costa del sudor de otros, acomodados, conformistas, poco solidarios, un colectivo anestesiado que te hace ser como un maniquí, y seguir como uno más al rebaño.
Nadie hace historia, o no es momento para hacerla, pues la gente solo está pendiente de dinero, negocios o guerras sin sentido que ellos mismos provocan… pero, ¿Alguien ha pensado alguna vez que si hay héroes de verdad?, padres que mueven cielo y tierra por el bienestar de sus hijos, personas luchando ante injusticias, capaces de encadenarse a un árbol, arriesgar su vida. Gente que al pescar un pez pequeño, lo devuelve al mar y sonríe por la satisfacción de haber hecho algo bien. Médicos que hacen todo por sus pacientes, investigadores, policías, profesores que se desviven por motivar a sus alumnos, que aprendan y que en un futuro, nosotros podamos hacer algo por este mundo, que poco a poco se nos va. Cantantes y actores que nos ayudan a evadirnos de la realidad con sus letras y personajes que hacen que reflexionemos.
Para mi, esos son pequeños héroes algunos obtienen su reconocimiento, y otros, la mayoría pasan desapercibidos.
Hablan de contaminación pero no hacen nada, hablan de paz y hacen lo contrario. De respeto y poco saben lo que es, de libertad de expresión, y de eso me río yo. De ellos.
Desde pequeña he querido vivir en el campo, con muchos árboles altos y llenos de hojas den sombra, para poder sentarme ahí abajo y leer mientras escucho a los pájaros cantar y alguna ardilla que otra me mira mientras juguetea con su nuez. ¿Qué árbol?¿Qué pájaros? ¿Qué ardilla?!!, me pregunto si a este paso seguirán existiendo cuando sea adulta.
Hay animales y plantas en peligro de extinción, y lo peor es que la gente que intenta concienciarnos con sus maravillosas charlas en congresos reuniones etc, son los primero que se van de caza con sus amigos de elite y matan, mejor dicho, asesinan a ciervos y demás especies para colgar sus cabezas disecadas como si de trofeos se trataran….

martes, 10 de mayo de 2011

LÁGRIMA.Poly Bird


Nada es igual después de una lágrima.
Ni la alegría, ni el dolor, ni la luz, ni la fe, ni la amistad, ni el amor.
Pero creo que lo que más cambia una lágrima… es al ser que la llora.
A mí me fueron cambiando las lágrimas que derramé en mi vida.

miércoles, 6 de abril de 2011

my life goes by in the blink of an eye.

..................................................................................................................
.................................................................................................................


 necesito una dosis de alegría.

martes, 29 de marzo de 2011

Dear.friend

Me encanta cuando me mira, y se rie. Porque cuando eso pasa, es el momento de salir corriendo y tirarme a sus brazos.
Ella siempre me coje, y asi se que todo va bien, y que estara dispuesta a levantarme cada vez que lo necesite.


Creo que no hay una perra igual. No, estoy segura de que no hay nadie como ella.
La quiero muchisimo.

viernes, 4 de marzo de 2011

La última carta.

En la oscuridad de mi habitación puedo escuchar los gritos perfectamente. Ellos no lo saben, pero no, no estoy dormida. Cada noche, sin excepción alguna, tienen una discusión nueva. La mayoría de las veces, según dicen, por mi. Por mi culpa.
Nací el 14 de Junio de 1980, tengo 16 años. En teoría soy una chica normal, sin problemas, feliz. Y es así como quiero que me recuerden, aunque no me sienta tal cosa. Tengo miedo, mucho. Desde hace unos años, mi único pensamiento es ¿Y si yo no existiera, importaría? ¿Habría alguien que se diera cuenta?
(Han cerrado la puerta, y ahora, solo se oyen golpes)
¿Cesarían estos horribles enfrentamientos?
Si, mi padre es un maltratador, lo se desde que tengo uso de la razón, ella lo defiende, defiende los manotazos sin compasión que recibo, o los miles de golpes que ella aguanta a lo largo del día. Esos insultos incesantes, a los que no se puede responder, la rabia interna que recorre todo su cuerpo y sale disparada al exterior como si de un rayo se tratara.
¿Es mi culpa todo esto? Ellos dicen que si, que ocurre desde que me volví una impertinente, que antes no era así. También dicen que por mis caprichos vamos escasos de dinero, no tenemos ni para el alquiler, la gasolina. ¿Y ellos? ¿Es que acaso su (asqueroso) vicio el tabaco no cuesta dinero? No, tengo que ser yo la responsable, les da igual que llore, grite o pelee.
Mi único amigo es mi perro, un gran pastor alemán. Entiende todo mi sufrimiento, me acoge en su caseta, y ahí, tumbada escuchando su corazón, el sonido mas dulce que conozco, el único que me tranquiliza y desprende amor, paso la mayoría de mi tiempo. Si pudiera hablar, ¡Si me pudiera contestar!, pensar que tengo tantas dudas revoloteando sobre mi cabeza sin resolver y así desapareceré…
Es triste, envidio a tanta gente... según mi padre, y mis compañeros soy una celosa, y prepotente. Mi madre, dice que no, que soy lo que mas quiere, pero ¡Es mentira!, si que quisiera, ¿Me dejaría llegar hasta este punto?, ¿Me repetiría cada día, a cada momento todo lo que hago mal, lo malcriada que estoy? Ahora tengo más miedo, a medida que escribo esta carta, mi última carta me doy cuenta de que no tengo a nadie, que no me quieren. Tan solo a un perro, y su recuerdo, el recuerdo de Luis.
Luis ha sido el primer y único momento en el que he sido feliz.
El pasado Verano, como todos, imitábamos ser una familia normal que pasa sus vacaciones en la playa. En mi interior, la misma sensación de esperanza, y a la vez de negación. Sabia que nunca pasaría, que las tres semanas que teníamos por delante, serian igual que las dos del otro año, y del anterior. Pero esta vez, me equivocaba.
Aquel atardecer, el más bonito de mi vida… El sol se iba poniendo lentamente, el cielo estaba bañado de un tono rojizo, el mar tranquilo, rodeado de viejas piedras desgastadas por el paso del tiempo. Cómo no, yo me encontraba dibujando aquella imagen, reconciliadora y llena de paz. Y fue entonces cuando lo vi, cuando la felicidad y la dicha se cruzaron en mi camino. Un jovenzuelo más o menos de mi misma edad, con un tono oscuro de piel, acariciado por los rayos del sol, se encontraba paseando por la orilla del mar, dejando sus pies al contacto fresco, y serenado roce del agua abatida por las pequeñas olas que aun quedaban. Sus ojos verde esmeralda se cruzaron en un segundo efímero, pero intenso. Sin saber como, impulsada por una fuerza que hasta entonces desconocía, me levanté. Caminaba vacilante, pero con la mirada fija en su rostro, que cada vez más cerca podía apreciar mejor. Sus gruesos labios, que al sonreír dejaban al descubierto tal sonrisa, que hasta el hombre más bello debía envidiar. Ni que decir, que sus ojos eran la octava maravilla del mundo. Eran grandes esmeraldas talladas con forma estrellada en su interior. Cuando por fin llegué a su vera, algo aturdida, le pregunté por su nombre, si venia a menudo… acabamos manteniendo una larga conversación durante horas, se hizo tarde, muy tarde, pero daba igual. Yo sabía que algo nuevo estaba sintiendo en mi interior, una extraña sensación imposible de expresar, era uno de esos momentos que no quieres que tenga fin. Pero todo lo bueno se acaba, es pasajero, y nos tuvimos que despedir. Él me acompañó a casa, y antes de entrar, agarró mi mano entre la suya, y me dijo: Esta noche, la noche del 9 de Agosto, será siempre nuestra, y a partir de hoy, empieza una nueva historia. Mañana estaré esperándote, y al siguiente. No me cansare de ti, de tus palabras. Solo unas horas pasa saber que no quiero que desaparezcas así sin más.
Pasaban los días, nos íbamos conociendo. Solo con verle, la sonrisa que había desaparecido completamente de mi rostro volvía. Reflejo de un sentimiento que llevaba por dentro.
Luis, tenia un año más, pero eso es un dato irrelevante, no importaba, no a él. Cada momento que pasábamos juntos, era un momento para el recuerdo. Me encantaba cuando al oído me susurraba los versos de los poemas de amor más hermosos.
Todos nos empeñamos en buscar la felicidad, normalmente en un objeto material, o algo que se obtiene a partir de él. Pero yo estaba convencida, mi felicidad podía abrazarme, besarme con dulzura y pasión, caminaba cada día de mi mano, jugueteaba en la orilla, estaba conmigo, y solo me dejaba en las noches, noches largas, en las que mi único pensamiento, era que los días de verano se iban consumiendo, rápido, demasiado.
Y así fue como terminó, los dos lo sabíamos. Me marché, obligada por mi padre y mi madre, ¡Ni me dejaron despedirme! No pude decirle cuanto significó, lo feliz que me hizo en pocas unas semanas, ¡Que era mi amor!.
Por las noches, cada vez que recuerdo esos momentos que nunca más ocurrirán, siento un vacío dentro de mí. Como las lagrimas van acariciando mi débil piel, hasta que gotean. Llanto silencioso que tiene vida en mi pecho, y muere sobre la almohada, empapada ya.
Imaginaba su voz junto a mí, sus calidas manos acariciándome con la ternura que una madre arropa a su recién nacido. Era mí ser, y no estaba conmigo.
Ha pasado ya un año y medio, no soporto todo mi dolor acumulado, la sangre que corre por mis venas cada vez es más débil, pues mi corazón no tiene fuerzas para bombearla.
Necesito salir de aquí, agachar la cabeza y huir. No puedo más. Me es imposible vivir con toda esta pena que habita en mí, que poco a poco me va consumiendo, apagándome.
Cuando ya no esté, cuando me haya ido, dejare un mundo y en él nada mío. Estará vacío, ¡como yo! Mis padres, al amanecer tal vez ni se acuerden de que debería estar en la cama, mis compañeros no echaran en falta mi presencia en clase.
Solo Luis, mi perro, y yo, sabremos lo que ha pasado. Lo que viví.
Aquí termina mi última carta. No se que me deparará, pero se que es mejor, porque aquí ya nada tiene sentido para mí. Se acabó.
Mi alma siempre será tuya Luis.

Te extraño.

Todo lo que viene se va…
¿Todo?, No, todo no, hay cosas que perduran, que pasan los días, las semanas, los meses incluso los años y aun siguen ahí.
Tenemos que aprender a vivir con lo que nos acompaña, lo bueno y lo malo. A sobrevivir sin poder hacer ciertas cosas, o sin decirlas, porque solo un gesto, solo uno, una palabra, pueden cambiar todo...
Y no, no es justo que los demás compartan lo que sientes, lo que de verdad piensas cuando ves que no puedes, que ya no llegas, que nada volverá a ser como antes, que "eso" ya no se irá, que se a quedado contigo, te quiere a ti.
Así que lucha, sigue peleando en silencio, pero no te rindas, porque aunque no se vaya, tu puedes, poco a poco, ¡Pero claro que puedes!, y no hagas caso de lo que te digan, ¡No! No sirve de nada amigo, ellos no saben lo que es…
Como el toro he nacido para el luto y el dolor.
Donde quiera que estés, se que me vigilas, y que estarás leyendo esto. Tengo que explicarte, y explicarles lo que se siente cuando tu persona te deja, toda esa sensación que te va consumiendo poco a poco…cómo sientes que donde debería estar el corazón no hay nada, solo un dolor, un dolor intenso y puntiagudo como el de un cuchillo afilado atravesándote. Pero uno no se puede rendir, tirar la toalla y huir.
Me acuerdo de aquella tarde fresca, el olor suave y delicado a lavanda que se podía apreciar desde todos los rincones del parque, tu pelo color marrón caoba, una sonrisa amable e incitante, y tus ojos, los ojos más bonitos que hasta entonces había visto, de un azul intenso, tan intenso que me elevaban hasta el cielo. Desde aquel momento, supe que eras para mí, que esa mirada que cruzamos solo era el principio de una historia. Nuestra historia
Historia, que aunque no estés, no termina, porque yo te siento aquí conmigo, se que me cuidas y me guías. Tu siempre me decías que fuera fuerte, que pasara lo que pasase tenia que seguir, que el sufrimiento solo me hacia crecer y aprender. Y aquí estoy, con el bolígrafo y el papel, escribiendo estas reflexiones que no se dónde acabarán, ¿En la papelera? Tal vez... Solo quería desahogarme, encontrar respuestas porque, no, no lo entiendo, ¿Por qué tuviste que ser tu?, ¿Por qué fuiste tu el que no llegó a casa ese día?.. ¡No! La vida es injusta, muchas veces me gustaría cerrar los ojos y desaparecer, irme contigo, volar, verlo todo desde arriba, y no estar aquí, sola...vacía y sin aliento.
Siento que cada día que pasa tu recuerdo se aferra más a mí, no quiero olvidarte, ¡Ni puedo! Formas parte de algo que no desaparecerá mientras viva.
¿Sabes? Cuando pienso en ti, recuerdo aquel día en que me dijiste:
-Somos algo, somos algo especial, nos queremos, y eso es lo más grande que puede existir, el amor. Porque estoy enamorado de ti.
Si, ese amor por las cosas, por ti, la vida, es lo que me levanta el ánimo y me da fuerza.
Y tú, ¿De que te acuerdas? ¿De todas esas peleas?.
Para mi, la más importante fue la de hace una año, nunca nos había pasado nada parecido, nosotros éramos como una persona, y de golpe, aquel día se nos vino todo abajo. Por lo menos a mi, estaba navegando en un mar sin puertos, donde no había fin, solo veía mar y más mar. No supe aprovechar lo que tenía, ¿Cómo se me ocurrió decirte eso? ¿Cómo me dejaste? Tengo grabadas cada una de mis palabras, las lágrimas que me brotaban a medida que las decía…:
-Lo siento mucho, pero es evidente que ya no sentimos lo mismo.
Y después de esto me doy cuenta.
Dices que no es decepcionar, pero no estoy enfadada, solo me acuerdo de lo que me dijiste, y duele, duele mucho. No te quiero ver ni hablar, porque no puedo.
No quiero tener que hacerme la dura, y no llorar o hacer que no me importas.
Si no es decepción dime tu lo que es, porque entonces no lo se.
Tu cara me lo dijo todo, tu mueca de disgusto, toda la pena que reflejaba:
-¿De verdad crees que no me importas?, ¿De verdad lo crees?!
¿Qué no daría todo por ti?
Vale que hay frases malas que no se olvidan, pero ¿Y las buenas? Un día me dijiste: No quiero que te vallas. Y te echaste a llorar encima de mi.
Y lo volvería hacer pasara lo que pasase, lo sabes, aunque ahora ya no pueda, ya no estás. Ese momento fue decisivo, desde ahí supimos que nunca más ocurriría nada parecido.
No hay nada mejor que la memoria del ser humano, tan selectiva y sabia. No archiva los recuerdos al tuntún, como muchos piensan, trabaja muy rápido, segundo a segundo, y con el tiempo, lo notamos. Yo le estoy agradecida a la mía, por mantenerte en mi interior, vivo, como si nada hubiera pasado. No soportaría no recordarte.
Si bien no tuve suficiente con la trágica perdida de mi hermana hace unos meses, he tenido que volver al sufrimiento. Tenía solo 20 años, era la persona más alegre y optimista del mundo, mi confidente, hermana y amiga a la vez. Su marcha, al igual que la tuya, fue lo peor que me ha pasado. Sin ti, sin ella, solo me queda callar. Me encanta salir en estos días de invierno al patio, y bajo la lluvia llorar, que por mis mejillas se deslice la mezcla de agua, y saber que nadie me ve. Por las noches, desde que te fuiste duermo abrazada a la almohada, no puedo hacerme a la idea de que estoy sola en la cama, donde compartimos tantos momentos. Intento apoyar la cabeza y buscar tu acompasado ritmo del corazón, el que tantas veces me ha tranquilizado y calmado. Unas manos que acaricien mi pelo mientras me dices que todo va a salir bien, que es un mal sueño. Pero cada mañana al amanecer, se que lo único que puedo hacer es esperar para volver a encontrarme contigo.
Tengo a Otto a mis pies, mirándome con su típica cara de tristeza, esa que tanto conoces. Se ha dado cuenta de que falta algo, que no vuelves. Siempre llora antes de dormir, como cuando tenía miedo. Teme el no verte más, que hayas desaparecido, y yo no se como explicarle que estás aquí aunque no te vea. Me recuerda tanto a ti, a aquella navidad, cuando aun éramos felices y aun tenía una familia. Ahora solo le tengo a él.
Sigo aquí, recordando todo lo que me diste, tu recuerdo me envenena de un dolor que me desgarra el interior, y me va consumiendo, pero por ti, que cada instante te tengo presente debo seguir adelante.
Te extraño.

you cant trust anyone.

Una vez una amiga me lo dijo... y no le hice caso.
Pensé tener todo bajo control, sin saber que me equivoqué, y que lo hacía constantemente.
You cant trust anyone

No sirve de nada...

Aun cerrando los ojos, y tapandote los oidos hasta pensar que ya no puedes escuchar ningun ruido, te daras cuenta de que el mundo esta lleno de mentiras e hipocresia.. si.

you know.

+Lanzate a la piscina aunque pienses que esta vacia.
-Por que?, si se que me voy a estampar!. Quieres verme con la cabeza rota?!.
+Porque lo que quiero es que te des cuenta que nadie te va a querer como yo... incluso con la cabeza rota.

Déjame libre.

Quiero saborear cada pedacito de la vida, arrepentirme de cosas que haya hecho, y no de las que dejé de hacer.
Despertar cada mañana y saber que aun sigo viva.

Dear Elena.

Podría contar los dias que faltan. Si, podría. Mas sería demasiado fácil. Tú y yo sabemos que esto no es cosa de 150 días, ni de meses.
Mira, supongamos que vivamos una media de 75 años, tendríamos 21.170 días por delante, más del triple de los que ya hemos recorrido a lo largo de nuestras vidas. Y juntas tan solo llevamos 1460.
Yo creo que en el fondo no está tan mal la cosa, no? Y no es que me haga ilusiones, que de eso yo no vivo. Pero te aseguro que haré lo posible por pasar todos y cada uno de esos dias a tu lado, que sea un "siempre" de los de verdad. Aquí, en Irlanda, Barcelona o Nueva York.

martes, 1 de marzo de 2011

No te enteras de nada.

+Tu no lo entiendes!

-Que no entiendo, qué?

 +Nada, no comprendes nada. Déjame sola, no te necesito, solo me molestas ¡vete!. Si te quedas te hare daño.Mucho, y llorarás... llorarás porque ya no puedes ayudarme. Ahora solo estamos yo y mi cuerpo.  ¡Que asco!, me doy asco!. Mírame, estoy gorda, no consigo perder peso.. Nadie se va a fijar en mi.
 Mis soluciones no te gustan, y yo no puedo con las tuyas; no puedes encerrarme en esa casa para locos y esperar que todo salga bien. Lo mio no es psicologico, es fisico. No te enteras.

.

La faena se te acumula y ya no sabes por donde empezar.. tampoco tienes ganas. Es mas entretenido pasarse las horas muertas frente a una pantalla, o desaparecer toda la tarde. Buena compañia, algo de alcohol y tabaco..
Quíen iba a decirle a aquella  niña estudiosa y alegre que acabaría asi.
Ves tu evolucion, y te arrepientes de los pasos que diste sin pensar, las decisiones tomadas que no te han llevado a nada, y piensas: ¿Qué hago yo ahora?.

Ahora, en este mismo momento lo unico que haces es perder el tiempo.

.